Por: Crisóstomo Huamán Cosme
El Amauta José Carlos
Mariategui Lachira ha planteado importantes aportes teórico-prácticos en los
campos económicos- sociales, organizativo y educativo.
En lo económico-social, analizó,
interpretó y explicó el esquema de la evolución económica de nuestro país, problema del indio, de la tierra, el
regionalismo, dichos aportes aún tienen
vigencia hasta la actualidad.
En lo organizativo, asimiló correctamente el planteamiento de
Carlos Marx, quién expresó: “Los pobres
somos muchos, pero si no estamos organizados, no somos nada”: en mérito a ello,
J. C. Mariategui organizó la Federación de Yanacones del Perú que fue la antecesora de la Confederación Campesina del Perú; el
Amauta tenía una clara visión de los maestros cuando en su obra Temas de
Educación (1980:51) plantea: “De todas
las victoria humanas les toca a los maestros, en gran parte, el mérito. De
todas las derrotas humanas les toca, en cambio, en gran parte, la
responsabilidad”.Bajo esa perspectiva sentó las bases de la organización de los maestros en un solo
sindicato, en ese sentido, en la misma obra (1980:50) el Amauta expresa:
“Para que los educadores puedan
reorganizar la enseñanza sobre bases nuevas es necesario que sepan antes ser un
sindicato, moverse como un sindicato, funcionar como un sindicato. Y es
necesario que sepan entender la solidaridad histórica de su corporación con las
otras corporaciones que trabajan por reorganizar,
sobre bases nuevas también, todo el orden social”. Dicha tarea fue
concretada con el arduo trabajo de su discípulo
Germán Caro Ríos, quien a través del Frente Clasista Magisterial avanzó
enormemente en la constitución del glorioso SUTEP fundado el 6 de Julio de 1972.
De la misma, J. C. Mariategui, después de una larga lucha del proletariado
peruano, organizó y fundó la actual Confederación General de Trabajadores del
Perú (C. G. T. P.): al respecto él mismo
en su obra Ideología y Política (1971:138) dice: “El nacimiento de nuestra Central no es pues obra de la casualidad, sino
de todo un proceso que ha seguido el proletariado Peruano, en su esfuerzo de
reivindicación”. Finalmente otra de
las grandes acciones organizativas del a
Amauta fue la fundación del Partido Socialista, que
por razones estratégicas fue llamado como tal, pero el contenido esencial es el de Partido
comunista.
En el aspecto educativo, analizó con
meridiana claridad el proceso de
instrucción pública, al señalar la
herencia colonial, la influencia francesa
y norteamericana que ha tenido el sistema educativo peruano. De las
cuales la herencia colonial española
tuvo un dominio completo, mientras que la francesa y la norteamericana se insertaron
mediocremente a dicha herencia. Por estos hechos, la educación en el Perú no
tiene un espíritu nacional, sino más bien un espíritu colonial y colonizador, porque España nos legó un concepto
eclesiástico y literario de la enseñanza, a esto se sumaba el cierre de las puertas de la universidad a
los indios y mestizos; la cultura era un privilegio de la casta social, porque
el pueblo no tenía derecho a la instrucción; la enseñanza en la universidad
tenía por objeto formar clérigos y doctores. Estos
hechos aún siguen ocurriendo actualmente bajo
formas y estilos más refinados o sofisticados.. Al respecto, J. C. Mariategui,
en su obra 7 ensayos de Interpretación de la Realidad peruana
(1976:107) expresa: “La herencia colonial
española no era psicológica e intelectual. Era ante todo, una herencia
económica y social. El privilegio de la
educación persistía por la simple razón de que persistía el privilegio de la riqueza y de la casta.”. Esta
fue la razón para que la teoría y
práctica aristocrática y literaria de la educación correspondían a un régimen y
a una economía feudal, y que en nuestros días, persisten algunos rezagos de
dicha feudalidad.
Frente a este estado de
cosas en el campo educativo durante las dos primeras décadas del siglo XX,
repercute los alcances de la pedagogía o Escuela Nueva de orientación
filosófica idealista subjetiva que es el pragmatismo que generó “la polémica” entre el filósofo idealista doctor
Alejandro Deustua ( defensor de la educación aristocrática) y Manuel Vicente
Villarán (defensor de la educación ligada a la industria y al comercio.
Respecto a dicha polémica, augusto Salazar Bondy en su obra Filosofía en el
Perú (1984:93 y 94) dice: “El énfasis en la espiritualidad marcó también las
doctrinas pedagógicas de deustua, que tuvieron gran resonancia en el país. La
reforma de la educación que él propició tiene como premisa básica la necesidad
de acentuar la formación humanista de los educandos y de dar prioridad a la
constitución de una élite dirigente capaz de promover la transformación del
país sobre sólidas bases morales. En esto se enfrentó a la tendencia
practicista y técnica que diferenciaron a los positivistas y especialmente
Villarán, con el cual tuvo una memorable polémica”.
De las expresiones se deduce que la
polémica consistía en: o continuar con la educación tradicional aristocrática (formación
de abogados, clérigos, literatos, etc.) que requería los terratenientes o
implantar un nuevo sistema educativo para formar estudiantes para laborar en la
industria y el comercio que necesitaba la naciente burguesía nacional ligada al
imperialismo norteamericano. Al final,
en parte triunfó el segundo planteamiento o sea el de M. V, Villarán, por eso
más adelante se crearon las escuelas
pre-vocacionales, los institutos de educación industrial, Comercial y
agropecuaria; a nivel superior se establece
el aprendizaje profesional en especialidades relativamente simples tales
como: ingeniería técnica, ingeniería agrícola, contabilidad mercantil, etc..
Dicha polémica fue esclarecida por el
amauta J. C. Mariategui, cuando plantea
con total claridad que ninguno de ellos encarnaban los intereses y
necesidades de nuestro país; en ese sentido definió al Dr. Alejandro Deustua
como el ideólogo de la filosofía idealista objetiva y por ende defensor de la
vieja aristocracia terrateniente, y al
D. Manuel Vicente Villarán como ideólogo de la corriente filosófica idealista
subjetiva positivista y pragmática,
defensor del civilismo burgués (naciente
burguesía peruana) y de los intereses del capital norteamericano.
Es más, El Amauta J. C. Mariategui plantea claramente la unidad indesligable
entre la base o estructura económica (parte material) y la superestructura o
formas de conciencia social (parte espiritual), cuando en la pasta de su obra
Temas de Educación señala: “La educación
en nuestra América sólo puede ser comprendida como problema económico- social…”
, o cuando en su misma obra (1980:10)
manifiesta: “No es posible democratizar
la enseñanza de un país sin democratizar su economía y sin democratizar, por
ende, su superestructura política”·.
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